Sobre el repetido lamento,
arrepentimiento y pesadumbre general que hubo hace unos días en Colombia por la
decisión de la Corte de La Haya de desconocer la soberanía de Colombia en una
parte de nuestro territorio marino que puso en disputa Nicaragua, se escucharon
miles de opiniones y “si-se-hubieran” por todas partes. Sin embargo parece que
entre todas esas conclusiones hay algo que no se puede negar: la imperdonable responsabilidad
colombiana en el asunto recae sobre su falta de interés, de presencia y
apropiación con decisión y amor-patrio en el territorio citado.
Tal vez puede doler más perder
una parte del mapa nacional por su tangibilidad y por supuesto también por su
evidencia y su repetición en los medios. Pero alguna vez nos hemos preguntado ¿cuántos
tesoros de nuestros patrimonios culturales perdemos a diario? Ni qué hablar de
las pérdidas del tesoro natural. No se cómo se puede cuantificar eso pero si se
que esta pérdida es tan o más lamentable que aquella del territorio. Y lo peor
es que la responsabilidad nuestra como estado colombiano es la misma: falta de interés,
de presencia y apropiación con decisión y amor-patrio en lo que es nuestro.
A
propósito de esto hagamos una revisión de lo que fue el Festival Colombia al
Parque 2012 realizado por el IDARTES el pasado fin de semana, en nuestra
capital colombiana.
Todos los grupos que vimos en
esta décimo primera (ó undécima, pilas don Santiago onceava quiere decir otra cosa muy distinta) edición del
festival Colombia al Parque realizada entre el 29 de noviembre y el 3 de
diciembre, estuvieron realmente muy buenos. Todo el festival fue una verdadera
maravilla, una fiesta tremenda y una celebración de Colombia con muchas de sus
expresiones musicales populares, urbanas y rurales, eso es nuestra diversidad
de la que nos sentimos tan orgullosos y eso es lo más sabroso de Colombia, allá
en la Media Torta y en los eventos académicos indudablemente nos dimos cuenta.
Hay que agradecerle enfáticamente
a todos los grupos por su energía y buena disposición, por su alegría y humilde
agradecimiento a pesar de tener tan poquito público en todas las
presentaciones.
Al público asistente también se
le abona que fue poquito pero sustancioso, aplaudió, bailó y gozó como debe
ser.
También hay que dar las merecidas
felicitaciones al IDARTES por el desarrollo de un festival que cumplió
perfectamente con la programación, que no tuvo inconvenientes evidentes ni de
producción, ni de tipo técnico, además reunió un cartel importante de músicos
de alto nivel artístico y supo reunir la experiencia de músicos ya veteranos de
amplia y reconocida trayectoria con los nuevos talentos que apenas están
iniciando su camino en esta gestación actual de una nueva generación musical
colombiana. Solo hubo un pequeño olvido o cambio en cuanto a lo anunciado previamente.
No se hizo el homenaje póstumo a Lizardo Díaz el recordado compadre Felipe del
dueto los Tolimenses.
Acerca de
los eventos académicos es relevante destacar que fue un verdadero acierto
proponer los talleres referidos al porro del Viejo Bolívar en la ASAB donde el
público llenó el auditorio durante tres días seguidos. Muy buena propuesta y
fue increíble la cantidad y calidad de exposiciones reunida a través de excelentes maestros,
músicos, investigadores, estudiantes e interesados, que nos dejaron una
experiencia inolvidable y sin precedentes para el estudio, divulgación y
disfrute de estas músicas de origen caribe en Bogotá. Con mucha pena
presenciamos que el conversatorio sobre Lucho Bermúdez no se planificó ni se
divulgó adecuadamente y no contó con el público que merecía, a pesar de la presencia puntual, cordial y entusiasta de Patricia Bermúdez y Tomás Benítez, dos de los protagonistas de esta versión del festival.
Lamentablemente también hay que
decir algo que no fue positivo para el festival. Como ya lo habíamos dicho, el
festival merece un mejor escenario que la Media Torta, no por demeritar este
escenario en sí, sino porque nos parece que no es el adecuado para un evento de
tipo familiar. Pongo el ejemplo de mi mamá, una señora nacida en las sabanas
sucreñas (hoy en día con más de setenta abriles), quien vivió su juventud en
plena época de oro de Lucho Bermúdez, imagínense si no iba a querer ver la
orquesta del emblemático músico nacional en manos de su hija y también a las
bandas de pueblo que vinieron para hacer las delicias de los
amantes del porro caribe.
El acceso a este respetable
escenario (que además solo tenía habilitado el ingreso por la calle 18), para
los adultos mayores, para familias con niños y personas con algún tipo de
discapacidad, es innegablemente muy difícil y hasta se puede decir que
peligroso. Esto no lo digo porque me lo imagino sino porque personalmente fui
testigo de todo el problema y el esfuerzo que significó poder ayudar a mi mamá
para subir hasta el escenario y también para poder bajarla. Yo me imagino una
“Bogotá Humana” y la “política del amor” del alcalde como algo que significa
mucho respeto por los adultos mayores, niños, discapacitados y población con
menos recursos económicos en general, por eso no entiendo bien esta elección de
la Media Torta. En fin, todas esas son las razones por las cuales no nos parece
un escenario adecuado.
Todo lo anterior se vio reflejado
en una muy lamentable pobrísima asistencia al evento que además se debió al
desatino de anunciar a última hora un fracasado reclamo previo de boletas como
requisito para el ingreso.
A parte de estas causas evidentes
del fracaso de una convocatoria de público masivo, tenemos que hablar de otras
realidades. No podemos pensar jamás que un festival que comienza a publicitarse
y divulgarse tímidamente faltando 8 días para su inicio puede llegar a tener
éxito en su objetivo de convocar público masivo. Fuera de eso no olvidemos que
este festival ya había sufrido de un aplazamiento en su fecha inicial
programada con anterioridad en este 2012. Con la ausencia de continuidad
en cuanto a fechas y escenarios de un año a otro, el festival carece de una
regularidad que ayude a su posicionamiento y fortalecimiento. Esta fecha de 1 y 2 de
diciembre en la que finalmente se realizó en 2012 tampoco es muy conveniente,
de hecho es una fecha que ningún otro festival hubiera querido, justamente por
la cantidad de compromisos, celebraciones y clausuras familiares, empresariales
y sobre todo los grados escolares y demás que suelen tener lugar precisamente
por estos días.
En varias ocasiones hemos
escuchado al señor Santiago Trujillo decir que felicita al festival Hip Hop al
Parque porque es el de mayor crecimiento en los últimos años. Habría que
preguntarse si la inversión y estrategias que se usaron para apoyar a ese
festival fueron las mismas o similares o por lo menos con el mismo interés que
se han usado para ayudar al “pobre” festival-cenicienta llamado Colombia al
Parque.
Desde mi
humilde óptica, no puedo entender cuál es la verdadera magia que hace que los
distintos medios de comunicación se interesen tanto en otros festivales, por
ejemplo el Canal Capital transmitió en directo este año todos los días de Rock
al Parque, desde la hora de inicio hasta el momento de cierre. Algo
maravilloso, plausible y sin precedentes en Colombia. Sin embargo ni siquiera
la Orquesta de Lucho Bermúdez o Aries Vigoth que fueron designados para ponerle
un broche de oro a los dos días de festival respectivamente, clasificaron para
tener el derecho a ser transmitidos en directo por un medio de TV. También
hay que decirlo, demos un agradecimiento especial y aplausos a la emisora
Colombia Estéreo y a La Radio Nacional de Colombia con don Jaime Andrés
Monsalve que si hicieron presencia y ayudaron a la difusión.
https://twitter.com/santitrujillo8/status/213228866112716801
Por último mencionemos también a otro sector lesionado por la inasistencia y la falta de empuje al Festival: los gestores culturales que si están comprometidos con estas manifestaciones nacionales y por eso se hicieron presentes invirtiendo en la "zona de emprendimiento". Lógicamente que este esfuerzo de los interesados y emprendedores externos fue tal vez el fracaso más estrepitoso de todo el Festival porque sencillamente no hubo nadie que se acercara a la zona. Mencionamos el caso particular de La Corporación Cultural Nuevo Milenio y Casa de Citas 20 Años dirigidas por Carlos Adolfo González a quien enviamos también un agradecimiento especial por su si al Festival y un reconocimiento merecido por su compromiso inagotable con estas causas durante tantos años.
https://twitter.com/santitrujillo8/status/213228866112716801
Por último mencionemos también a otro sector lesionado por la inasistencia y la falta de empuje al Festival: los gestores culturales que si están comprometidos con estas manifestaciones nacionales y por eso se hicieron presentes invirtiendo en la "zona de emprendimiento". Lógicamente que este esfuerzo de los interesados y emprendedores externos fue tal vez el fracaso más estrepitoso de todo el Festival porque sencillamente no hubo nadie que se acercara a la zona. Mencionamos el caso particular de La Corporación Cultural Nuevo Milenio y Casa de Citas 20 Años dirigidas por Carlos Adolfo González a quien enviamos también un agradecimiento especial por su si al Festival y un reconocimiento merecido por su compromiso inagotable con estas causas durante tantos años.
Todos los argumentos escritos en esta tribuna
de opinión libre son de carácter respetuoso y no pretenden lanzar crítica
destructiva ni malintencionada, por el contrario, soy un seguidor fiel del
festival y un apasionado amante de Colombia, por eso le doy mi apoyo y pretendo
colaborar con la construcción de un mejor festival para que todos los
colombianos hagamos parte de él.
Gracias a todas las personas que integran la
Gerencia de Música del IDARTES, a todas las personas anónimas que si creen en
Colombia, a todas las personas que están pendientes de las publicaciones e
informaciones, que se comunican y nos leen, a todas las que nos colaboran y
aportan, a todas las que con cordialidad y respeto y desde las instituciones
oficiales, aceptan y valoran no solo el humilde apoyo que podemos aportar desde
la independencia sino que también saben aceptar y tener en cuenta las críticas
que hacemos, ante todo, con ánimo constructivo y participativo. No olvidemos
nunca que todo “lo público” lo hacemos todos, en colectivo.
Muchas gracias y felices fiestas navideñas,
feliz y próspero año nuevo, con mucha salud, paz y progreso para todos.