lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Y Colombia sigue siendo nuestra?



Sobre el repetido lamento, arrepentimiento y pesadumbre general que hubo hace unos días en Colombia por la decisión de la Corte de La Haya de desconocer la soberanía de Colombia en una parte de nuestro territorio marino que puso en disputa Nicaragua, se escucharon miles de opiniones y “si-se-hubieran” por todas partes. Sin embargo parece que entre todas esas conclusiones hay algo que no se puede negar: la imperdonable responsabilidad colombiana en el asunto recae sobre su falta de interés, de presencia y apropiación con decisión y amor-patrio en el territorio citado.

Tal vez puede doler más perder una parte del mapa nacional por su tangibilidad y por supuesto también por su evidencia y su repetición en los medios. Pero alguna vez nos hemos preguntado ¿cuántos tesoros de nuestros patrimonios culturales perdemos a diario? Ni qué hablar de las pérdidas del tesoro natural. No se cómo se puede cuantificar eso pero si se que esta pérdida es tan o más lamentable que aquella del territorio. Y lo peor es que la responsabilidad nuestra como estado colombiano es la misma: falta de interés, de presencia y apropiación con decisión y amor-patrio en lo que es nuestro.    

A propósito de esto hagamos una revisión de lo que fue el Festival Colombia al Parque 2012 realizado por el IDARTES el pasado fin de semana, en nuestra capital colombiana.

Todos los grupos que vimos en esta décimo primera (ó undécima, pilas don Santiago onceava quiere decir otra cosa muy distinta) edición del festival Colombia al Parque realizada entre el 29 de noviembre y el 3 de diciembre, estuvieron realmente muy buenos. Todo el festival fue una verdadera maravilla, una fiesta tremenda y una celebración de Colombia con muchas de sus expresiones musicales populares, urbanas y rurales, eso es nuestra diversidad de la que nos sentimos tan orgullosos y eso es lo más sabroso de Colombia, allá en la Media Torta y en los eventos académicos indudablemente nos dimos cuenta.

Hay que agradecerle enfáticamente a todos los grupos por su energía y buena disposición, por su alegría y humilde agradecimiento a pesar de tener tan poquito público en todas las presentaciones.
Al público asistente también se le abona que fue poquito pero sustancioso, aplaudió, bailó y gozó como debe ser.

También hay que dar las merecidas felicitaciones al IDARTES por el desarrollo de un festival que cumplió perfectamente con la programación, que no tuvo inconvenientes evidentes ni de producción, ni de tipo técnico, además reunió un cartel importante de músicos de alto nivel artístico y supo reunir la experiencia de músicos ya veteranos de amplia y reconocida trayectoria con los nuevos talentos que apenas están iniciando su camino en esta gestación actual de una nueva generación musical colombiana. Solo hubo un pequeño olvido o cambio en cuanto a lo anunciado previamente. No se hizo el homenaje póstumo a Lizardo Díaz el recordado compadre Felipe del dueto los Tolimenses.

Acerca de los eventos académicos es relevante destacar que fue un verdadero acierto proponer los talleres referidos al porro del Viejo Bolívar en la ASAB donde el público llenó el auditorio durante tres días seguidos. Muy buena propuesta y fue increíble la cantidad y calidad de exposiciones reunida a través de excelentes maestros, músicos, investigadores, estudiantes e interesados, que nos dejaron una experiencia inolvidable y sin precedentes para el estudio, divulgación y disfrute de estas músicas de origen caribe en Bogotá. Con mucha pena presenciamos que el conversatorio sobre Lucho Bermúdez no se planificó ni se divulgó adecuadamente y no contó con el público que merecía, a pesar de la presencia puntual, cordial y entusiasta de Patricia Bermúdez y Tomás Benítez, dos de los protagonistas de esta versión del festival.

Lamentablemente también hay que decir algo que no fue positivo para el festival. Como ya lo habíamos dicho, el festival merece un mejor escenario que la Media Torta, no por demeritar este escenario en sí, sino porque nos parece que no es el adecuado para un evento de tipo familiar. Pongo el ejemplo de mi mamá, una señora nacida en las sabanas sucreñas (hoy en día con más de setenta abriles), quien vivió su juventud en plena época de oro de Lucho Bermúdez, imagínense si no iba a querer ver la orquesta del emblemático músico nacional en manos de su hija y también a las bandas de pueblo que vinieron para hacer las delicias de los amantes del porro caribe.

El acceso a este respetable escenario (que además solo tenía habilitado el ingreso por la calle 18), para los adultos mayores, para familias con niños y personas con algún tipo de discapacidad, es innegablemente muy difícil y hasta se puede decir que peligroso. Esto no lo digo porque me lo imagino sino porque personalmente fui testigo de todo el problema y el esfuerzo que significó poder ayudar a mi mamá para subir hasta el escenario y también para poder bajarla. Yo me imagino una “Bogotá Humana” y la “política del amor” del alcalde como algo que significa mucho respeto por los adultos mayores, niños, discapacitados y población con menos recursos económicos en general, por eso no entiendo bien esta elección de la Media Torta. En fin, todas esas son las razones por las cuales no nos parece un escenario adecuado.
Todo lo anterior se vio reflejado en una muy lamentable pobrísima asistencia al evento que además se debió al desatino de anunciar a última hora un fracasado reclamo previo de boletas como requisito para el ingreso.

A parte de estas causas evidentes del fracaso de una convocatoria de público masivo, tenemos que hablar de otras realidades. No podemos pensar jamás que un festival que comienza a publicitarse y divulgarse tímidamente faltando 8 días para su inicio puede llegar a tener éxito en su objetivo de convocar público masivo. Fuera de eso no olvidemos que este festival ya había sufrido de un aplazamiento en su fecha inicial programada con anterioridad en este 2012. Con la ausencia  de continuidad en cuanto a fechas y escenarios de un año a otro, el festival carece de una regularidad que ayude a su posicionamiento y fortalecimiento. Esta fecha de 1 y 2 de diciembre en la que finalmente se realizó en 2012 tampoco es muy conveniente, de hecho es una fecha que ningún otro festival hubiera querido, justamente por la cantidad de compromisos, celebraciones y clausuras familiares, empresariales y sobre todo los grados escolares y demás que suelen tener lugar precisamente por estos días.

En varias ocasiones hemos escuchado al señor Santiago Trujillo decir que felicita al festival Hip Hop al Parque porque es el de mayor crecimiento en los últimos años. Habría que preguntarse si la inversión y estrategias que se usaron para apoyar a ese festival fueron las mismas o similares o por lo menos con el mismo interés que se han usado para ayudar al “pobre” festival-cenicienta llamado Colombia al Parque.

Desde mi humilde óptica, no puedo entender cuál es la verdadera magia que hace que los distintos medios de comunicación se interesen tanto en otros festivales, por ejemplo el Canal Capital transmitió en directo este año todos los días de Rock al Parque, desde la hora de inicio hasta el momento de cierre. Algo maravilloso, plausible y sin precedentes en Colombia. Sin embargo ni siquiera la Orquesta de Lucho Bermúdez o Aries Vigoth que fueron designados para ponerle un broche de oro a los dos días de festival respectivamente, clasificaron para tener el derecho a ser transmitidos en directo por un medio de TV.  También hay que decirlo, demos un agradecimiento especial y aplausos a la emisora Colombia Estéreo y a La Radio Nacional de Colombia con don Jaime Andrés Monsalve que si hicieron presencia y ayudaron a la difusión.

https://twitter.com/santitrujillo8/status/213228866112716801

Por último mencionemos también a otro sector lesionado por la inasistencia y la falta de empuje al Festival: los gestores culturales que si están comprometidos con estas manifestaciones nacionales y por eso se hicieron presentes invirtiendo en la "zona de emprendimiento". Lógicamente que este esfuerzo de los interesados y emprendedores externos fue tal vez el fracaso más estrepitoso de todo el Festival porque sencillamente no hubo nadie que se acercara a la zona. Mencionamos el caso particular de La Corporación Cultural Nuevo Milenio y Casa de Citas 20 Años dirigidas por Carlos Adolfo González a quien enviamos también un agradecimiento especial por su si al Festival y un reconocimiento merecido por su compromiso inagotable con estas causas durante tantos años.    

Todos los argumentos escritos en esta tribuna de opinión libre son de carácter respetuoso y no pretenden lanzar crítica destructiva ni malintencionada, por el contrario, soy un seguidor fiel del festival y un apasionado amante de Colombia, por eso le doy mi apoyo y pretendo colaborar con la construcción de un mejor festival para que todos los colombianos hagamos parte de él.

Gracias a todas las personas que integran la Gerencia de Música del IDARTES, a todas las personas anónimas que si creen en Colombia, a todas las personas que están pendientes de las publicaciones e informaciones, que se comunican y nos leen, a todas las que nos colaboran y aportan, a todas las que con cordialidad y respeto y desde las instituciones oficiales, aceptan y valoran no solo el humilde apoyo que podemos aportar desde la independencia sino que también saben aceptar y tener en cuenta las críticas que hacemos, ante todo, con ánimo constructivo y participativo. No olvidemos nunca que todo “lo público” lo hacemos todos, en colectivo.

Muchas gracias y felices fiestas navideñas, feliz y próspero año nuevo, con mucha salud, paz y progreso para todos.