miércoles, 28 de noviembre de 2012

Cenicienta al Parque


No contentos con todo el maltrato que recibe este Festival Colombia al Parque que es, gracias al IDARTES, la cenicienta de todos los festivales al parque, ese que ni siquiera merece una plaza pública o un parque grande como los otros y por el contrario lo ponen al nivel de un tortazo de fin de semana; ahora le inventaron otro castigo: a solo 3 días de realizarse, nos avisan que hay que reclamar boletas previas para poder asistir.

Esto de las boletas NUNCA antes se había usado para ningún festival al parque, ni por más que digan que es para controlar aforo, no tiene NINGUNA explicación decente. ¿Por qué no controlan el aforo en Rock al Parque? Porque el Simón Bolívar es infinitamente grande y en cambio la Media Torta es infinitamente pequeña para un festival que podría mover a los millones de colombianos de todas las regiones del país, que viven en la Capital, ¿verdad? ¿Será esa es la verdadera explicación?

Hasta hoy insisten en decir que lo de las boletas es (como está escrito en el Facebook oficial del Festival) "una medida de control ya que el escenario tiene un cupo limitado". Estoy seguro de que si se forma un lío por este asunto (cosa que es dudosa dadas las características mansas y pacíficas de los folcloristas) mañana dirán que la culpa es del FOPAE.  ¿Apostamos?

Y hablando del FOPAE, hasta el momento no han dicho nada sobre recomendaciones de seguridad para el Festival. Seguramente devolverán niños que llegan en familia a la entrada del evento, dañando todo el plan familiar de fin de semana, como ya lo han hecho en otras ocasiones anteriores. Señores ¿por qué no avisan con tiempo? Si es que tratan de prevenir tragedias...
Como todos nos podemos dar cuenta, ni los músicos, ni nosotros que somos el público de este Festival, merecemos respeto por parte de esta organización distrital que se jacta de ser Humana e Incluyente. 

Tal vez a los rockeros y hoperos de la ciudad los respetan porque hubo violencia en esos festivales, o porque la cosa con ellos es a otro precio. Recodemos aquellos nefastos hechos ocasionados por seguidores de Rock al Parque cuando se tuvo que cancelar un día de festival en el 2007 debido a la granizada más fuerte y devastadora que hemos visto en los últimos años. 

Aquella no fue la única edición de este protegido y apoyado festival que haya dejado víctimas humanas y destrozos materiales. 

Y ni qué decir de Hip Hop al Parque donde hay balas, heridos, muertos y muchos destrozos en su historial.

Se ve y se siente que quienes hacemos parte del amor colectivo por Lo Nuestro y por festivales dirigidos a una verdadera inclusión de todas las edades y todas las personas, con distintos orígenes o etnias, de diferentes partes del país, con discapacidades, con diferentes preferencias, etc. NO merecemos ningún apoyo ni respeto. ¿Acaso no encajamos en la política del “amor” del alcalde Petro? ¿O encajan mejor aquellos festivales donde siempre se incautan kilos de droga, miles de botellas de trago y armas?

https://twitter.com/santitrujillo8/status/213228866112716801

Este que si es un Festival de paz, un festival de Colombia, no merece respeto ni cariño alguno. Es para el IDARTES un simple tortazo de fin de semana, como los hay casi todos los fines de semana del año. Un tortazo cualquiera sin las condiciones técnicas que se montan en el Simón Bolívar, sin el mismo presupuesto y sin el gasto enorme que significan los artistas invitados internacionales y el exagerado pie de fuerza policial que se necesita, y como si fuera poco, sin el aforo necesario para poder darle entrada a un número suficiente de colombianos y colombianas tal como lo reconoce el mismo Festival que escribió en el Facebook oficial del evento, de manera descarada, que lo de las boletas es una medida de control porque "el cupo en la Media Torta es limitado". 

Pilas amigos y amigas de Colombia que esto es una prueba directa de lo que está en la cabeza del IDARTES, y no es nada menos ni nada más que acabar con festivales como estos, festivales que no tienen dolientes, que no generan protesta ni pelea, que no son un fortín político, que no generan violencia ni destrozos, ni grandes presiones a las cabezas políticas de las instituciones distritales, quienes lamentablemente no miran las inversiones de recursos ciudadanos de manera ética, honesta y desinteresada, sino por el contrario primero buscan la forma de favorecerse personalmente con algo que no es de ellos sino es un bien común. Desengañémonos de ese bello cuento de hadas que el señor Santiago Trujillo aprovecha para contar en todos los eventos, el cuento de la inclusión y la igualdad, el cuento del respeto y la organización más ética y eficiente. De aquellos años de músico entusiasta y de sus protestas contra una administración equivocada, clientelista y excluyente, de su posición desafiante contra el irrespeto, el abandono y la injusticia que han maltratado eternamente a los artistas colombianos, y que le abrieron el camino para llegar hasta donde está hoy, ya no queda nada. 

Parece que hoy en día, sus intereses culturales están muy por debajo de sus intereses políticos. Ya lo estamos viendo así y seguramente con el paso de los años, él mismo nos dará la razón.
 

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